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La frustración. El reflejo de lo no aprendido.

La frustración es un sentimiento que surge cuando no logramos nuestros deseos, no necesidades.

Cuándo es así surge la ira y la ansiedad.

Es importante que desde niño aprendamos a manejar la frustración para un buen desarrollo emocional.Ver  sufrir a nuestros hijos nos puede generar ansiedad y dolor pero en muchos casos el sufrimiento de los hijos es pasajero.

En el periodo de la infancia los niños se centran en ellos mismos, están en el proceso de maduración donde están descubriendo el mundo. La espera es un proceso difícil donde los padres tienen un papel importante en la aceptación de la frustración.

Puede ocurrir que algunos padres tengan dificultad en sostener un enfado y frustración de su propio hijo; en estos casos es importante que entienda que sus hijos están aprendiendo a crecer en el mundo y que gracias a sus padres puede ser más fácil.

¿De qué forma podemos ayudar a nuestros hijos?

Tenemos que entender que los niños son impulsivos y cuando quieren algo lo quieren YA.

Es importante explicarles que no siempre tendrán todo o que no lo conseguirán al instante, así, de esta manera, entienden que no es un castigo. Comprendiendo esto podemos poner normas y límites pero siempre con tranquilidad y mantenerlos para que no le genere al niño/a confusión. Un no puede ser muy sano para el hijo y los padres.

 

Una forma que a los padres nos puede ayudar a sostener la rabieta de nuestros hijos es estar en el aquí y el ahora, en el presente, y observarnos deteniéndose un momento y observando nuestro cuerpo.

Es importante explicar que no es lo mismo deseo que necesidad y poderles explicar el significado les puede ayudar a nuestros hijos.

También hay que tener en cuenta que un exceso de frustración puede generar represión, sería deseable siempre el equilibrio mediante la flexibilidad.

Marc Expósito Barra

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